martes, 19 de agosto de 2014

Entregarse al destino del azar.


Ya en otra publicación comente que me encuentro leyendo el libro "El gran laberinto" de Fernando Savater. Entre líneas encontré (entre tantas otras cosas) una parte bastante valiosa del contenido para los que seguido se hacen la pregunta de si las cosas son casualidad o son por algo (o para algo)

<<No te fies de la naturaleza ni creas que trabaja para darte gusto. Para los vientos o el mar ni nosotros ni los negreros tenemos especial importancia. Los hombres no logramos entender lo que es ajeno a nuestra voluntad y nos empeñamos en prestar nuestros designios a cuanto nos rodea: de modo que suponemos que el sol está hecho para alumbrarnos y las estrellas para adornar la noche. Todo lo vaciamos en el molde de nuestro espíritu; fuera de ese pequeño molde, no tenemos nada para asir y comprender las cosas que pasan por delante de nosotros. Por eso damos a todo el universo, desde la gota de agua hasta Sirio, una intensión humana...>> (El gran laberinto. Fernando Savater)


Es uno quien le da sentido a las cosas, ya que ellas por sí mismas no lo tienen (así lo entiendo yo).

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